18/04/2013 ACTUALIZACIÓN DE LA ENTRADA DEL BLOG
"Desde el 1 de junio de 2013 todas las viviendas que se vendan o alquilen deben tener un “certificado de eficiencia energética”.
Ya se ha producido al aprobación del Real Decreto par la Certificación de la Eficiencia Energética de los edificios existentes.
"Desde el 1 de junio de 2013 todas las viviendas que se vendan o alquilen deben tener un “certificado de eficiencia energética”.
Ya se ha producido al aprobación del Real Decreto par la Certificación de la Eficiencia Energética de los edificios existentes.
La certificación energética de los inmuebles existentes será visible a partir de junio de 2013. A partir de esa fecha, todas las viviendas que se vendan o se alquilen deberán de disponer de un certificado de eficiencia energética.
Toda persona que desee vender o alquilar su vivienda deberá disponer de este documento que además incluirá diferentes recomendaciones para mejorar, al menos, en la menos un nivel en la escala de eficiencia. El usuario debe abonar el precio de este servicio, salvo excepciones como que el arriendo sea menos a cuatro meses por año, que esté reconocido como un lugar de culto o que sea un monumento o edificio protegido.
La certificación energética de los edificios pretende mostrar de un modo comprensible para los usuarios y compradores de inmuebles el comportamiento energético de los edificios.
Se trata de un distintivo equiparable a la etiqueta energética de los electrodomésticos, que clasifica su eficiencia energética desde la A, la más eficiente, a la G, la menos eficiente.
Actualmente es un requisito obligatorio para edificios de nueva construcción y grandes rehabilitaciones, desde el 1 de enero de 2013 será exigible para todas las edificaciones.
Para obtener la certificación energética se debe calcular la demanda de energía del edificio en fase de proyecto mediante una modelización teórica del mismo. Para ello se tienen en cuenta los datos de consumo eléctrico total a partir de una descripción de las características de la envolvente, la ventilación y orientación, las condiciones ambientales interiores y exteriores, la existencia de sistemas solares pasivos y protecciones solares y las instalaciones de calefacción, agua caliente sanitaria, aire acondicionado e iluminación. Con este proceso se obtendría un certificado energético provisional. Durante el proceso de construcción se comprobaría que el funcionamiento energético real coincide con el simulado. En el caso de ser necesario se reajustarían los datos a la calificación adecuada y se otorgaría el certificado definitivo.
Este certificado debe incluirse en el Libro del edificio y tiene una vigencia de 10 años, pasados los cuales se debe volver a calificar.
A parte de la certificación, en la etiqueta aparecen los datos relativos a la ubicación y zona climática del edificio, su uso, su consumo de energía primaria en Kw/año, las emisiones de CO2 al año así como los mismos datos por m2 de superficie.
Es necesario señalar que la certificación energética sólo permite una comparación entre edificios de similares características, como ocurre en el caso de los electrodomésticos. Esto se traduce en que un edificio con clasificación A puede consumir más energía que uno con clasificación C pero mucho más pequeño que no requiere grandes instalaciones.
Toda persona que desee vender o alquilar su vivienda deberá disponer de este documento que además incluirá diferentes recomendaciones para mejorar, al menos, en la menos un nivel en la escala de eficiencia. El usuario debe abonar el precio de este servicio, salvo excepciones como que el arriendo sea menos a cuatro meses por año, que esté reconocido como un lugar de culto o que sea un monumento o edificio protegido.
La certificación energética de los edificios pretende mostrar de un modo comprensible para los usuarios y compradores de inmuebles el comportamiento energético de los edificios.
Se trata de un distintivo equiparable a la etiqueta energética de los electrodomésticos, que clasifica su eficiencia energética desde la A, la más eficiente, a la G, la menos eficiente.
Actualmente es un requisito obligatorio para edificios de nueva construcción y grandes rehabilitaciones, desde el 1 de enero de 2013 será exigible para todas las edificaciones.
Para obtener la certificación energética se debe calcular la demanda de energía del edificio en fase de proyecto mediante una modelización teórica del mismo. Para ello se tienen en cuenta los datos de consumo eléctrico total a partir de una descripción de las características de la envolvente, la ventilación y orientación, las condiciones ambientales interiores y exteriores, la existencia de sistemas solares pasivos y protecciones solares y las instalaciones de calefacción, agua caliente sanitaria, aire acondicionado e iluminación. Con este proceso se obtendría un certificado energético provisional. Durante el proceso de construcción se comprobaría que el funcionamiento energético real coincide con el simulado. En el caso de ser necesario se reajustarían los datos a la calificación adecuada y se otorgaría el certificado definitivo.
Este certificado debe incluirse en el Libro del edificio y tiene una vigencia de 10 años, pasados los cuales se debe volver a calificar.
A parte de la certificación, en la etiqueta aparecen los datos relativos a la ubicación y zona climática del edificio, su uso, su consumo de energía primaria en Kw/año, las emisiones de CO2 al año así como los mismos datos por m2 de superficie.
Es necesario señalar que la certificación energética sólo permite una comparación entre edificios de similares características, como ocurre en el caso de los electrodomésticos. Esto se traduce en que un edificio con clasificación A puede consumir más energía que uno con clasificación C pero mucho más pequeño que no requiere grandes instalaciones.